Dando pecho

Lilypie Breastfeeding tickers

jueves, 27 de enero de 2011

Durmiendo con una Mama

Bueno, como ya me lo ha pedido en un par de ocasiones la señorita Eva, escribo mi primera entrada en su blog. No se muy bien que poner, la verdad es que no soy muy original, a ver que os puede contar.

Los primeros días son caóticos, pero bueno conseguimos aliviar ese caos reduciendo bastante las visitas los primeros días, aunque hay quien piensa que es peor, pero su opinión no nos importa.

Como ya sabéis la niña al de poco de llegar a casa se puso malita, nada grave, o eso parece ahora, pero claro, cuando ves a los médicos asustarse e ir pasado la patata caliente un paso mas en la escala hospitalaria, hasta terminar ingresada en la unidad de Neonatos sin que nadie te de demasiadas explicaciones ni de lo que le pasa ni del motivo de su ingreso, pues asusta un poco. Al final la pobre lo que tenía es un rotavirus, una especie de virus tipo gastroenteritis (seguro que alguien que sepa de medicina puede decir que no es así) del que puedes vacunar a los bebes cuando cumplen 2 meses, no es que no lo valla a coger, pero parece ser que consigues paliar sus efectos en el niño.

Al final pasamos unos días en el hospital, llegábamos a las 9:00 para la primera toma y nos marchábamos a eso de las 22:00 de la noche, después de la última que le dábamos nosotros.
Pero al final todo fue bien, la niña paso la peor parte del virus la primera noche, que si no lleno 15 pañales no lleno ninguno, y a partir del segundo día solo tuvo fiebre un par de días y un poco de diarrea.

Una vez en casa descubrimos que la niña, por motivo de que sus tripillas se siguen moviendo mucho, secuelas del virus que coletea durante mas de un mes, la niña de vez en cuando llora por que si. No es hambre, no esta sucio el pañal, .... y solo puedes intentar consolarla cogiéndola. Pero no. Los Bilbainos tenemos una gran suerte. La baldosa de Bilbao. Es lo mejor. La pones en el capazo de la silla, bajas a la calle y unos segundos de traqueteo de baldosa hacen milagros. El cochecito según cual sea también ayuda, en nuestro caso el bugaboo, a veces la metes al capazo y se queda dormida, cuando instantes antes no se quedaba dormida en la cuna. El huevo también es bastante efectivo.

Bueno, no se que mas contaros. Ya veis que no soy muy original. Lo único que puedo deciros es que la niña tiene 2 peluches. Un dragón muy chulo que le regalo su mami, y al que llamamos "Gon", y un trapito de esos con cabeza de animal, que se usan para que cojan olor a sus papis, que nos regaló su tía Sandra y que llamamos "Po". Los nombres son la terminacion del nombre del animal. Gon de Dragón y Po de trapo, lo digo porque alguna persona se dará cuenta de que comparten noombre con los peluches, je je je...

Agures ...

lunes, 24 de enero de 2011

Con ruido mal, sin ruido ¡peor!

Es cierto que cuando estás agotada te duermes con truenos y cañonazos, pero no cuando tu bebé hace ruiditos.
Parece que durante el día un recién nacido no hace ruido, pero en cuanto todo está en silencio comienzas a oir una variedad de gruñidos, bostezos, respiraciones aceleradas, estornudos, toses y demás ruiditos que se te ocurran.
Y entonces piensas: cuando está despierta no puedo descansar, y cuando duerme tampoco!. Y cuando por fin consigues girarte en la cama y coger postura (que no es tan fácil con una cesárea), se hace el silencio más absoluto que te imaginas, ni siquiera le oyes respirar.
En ese momento te da igual el dolor de la herida y matarte de camino, corres a encender la luz, te acercas a la cuna y allí está, durmiendo tranquilamente mientras a su madre le da un infarto o dos. Entonces piensas que al menos con ruidos sabes que está bien, y te echas de nuevo en la cama, eso sí, con cuidado que duele.

El señor de la bata blanca y la señorita de azul



Han pasado varios días y es hora de visitar al pediatra y a la enfermera. Peso, talla, preguntas variadas y la niña se hace cacas y a cambiar otro pañal. Ha cogido 400gr en 5 días. "¡Está hecha una torita!", dice la enfermera.


Después de muchos consejos saco mi lista de preguntas, que la enfermera va contestando pacientemente. Parece que todo lo que pasa es normal. Le ve el médico y todo está bien. Nos citan para la primera vacuna, la primera de unas cuantas. Aunque no es el primer pinchazo, ya se llevó lo suyo en el hospital.

Es hora de empezar a familiarizarnos con los percentiles, el apiretal, los mocos... y a llevar siempre encima la cartilla de Adriana.

De momento no les ha cogido miedo a ninguno de los dos, a ver qué pasa.